Estructura del mundo de las artes plásticas en Japón*

*Texto realizado en el 2007
Makoto Murata, periodista de arte

Para poder comprender el mundo del arte en Japón, primero habrá que hablar de la estructura compleja que posee este sector. De no ser así, no sería posible entender las peculiaridades que poseen los museos y las galerías de este país. Cabe señalar que el mundo del arte japonés está dividido en dos secciones con valores totalmente distintos. Uno es el mundo de la organización que convocan a concursos abiertos como son el Nitten (The Japan Fine Arts Exhibition) y el Nikaten. El otro es el mundo del arte contemporáneo que realiza actividades independientes y no pertenece a ninguna organización.

• Dos mundos divididos

Primero, podemos hablar de organizaciones artísticas que convocan a concursos abiertos, como lo indica su nombre, donde se exhiben tanto obras selectas como de los mismos socios. Existen más de 100 organizaciones de este género, de las cuales Nitten, Nika Association, Nihon Bijutsuin (The Japan Art Institute), Syunyo-kai y Shinseisaku-kyokai son las más representativas. Estas organizaciones realizan exposiciones periódicas tanto en el Museo Metropolitano de Arte de Tokio ubicado en Ueno, como en otros lugares. Los artistas que pertenecen a estas organizaciones conforman el círculo de pintores.

Cuando estas obras son seleccionadas en repetidas ocasiones en los diferentes concursos, el autor es recomendado por los mismos socios o por sus propios compañeros, e incluso existe la posibilidad de llegar a ser director o presidente de la mesa directiva de la organización. El objetivo a alcanzar, en este caso, es recibir un nombramiento por su mérito cultural. La estructura piramidal como la mencionada, está sostenida por una solidez organizacional, pero para ser reconocido, el pintor necesitará también de alguna influencia política, o bien, de la relación formada entre el maestro y el discípulo más que el talento artístico. En este sentido, la nueva creación o la pretensión experimental podría ser un obstáculo para obtener el mérito escalonado. Esto, nos da un panorama de lo que es la sociedad japonesa y podemos afirmar que es un “mundo no artístico”.

El Nitten tiene como antecedente, una exposición oficial organizada por el Ministerio de Educación en la época Meiji. Tanto la Nika Association que tiene su origen en dicha exposición, como Nihon Bijutsuin creado por Tenshin Okakura para fomentar el arte japonés, eran organizaciones libres y renovadoras con ideales sublimes. Sin embargo, al transcurrir de los años, estos ideales se volvieron una formalidad, e incluso el espíritu original se tornó conservador y autoritario. A pesar de que las exposiciones colectivas tienen una gran aceptación por su historia y su estabilidad, no se puede esperar una renovación de tipo artística.

Por ejemplo, las exposiciones de concursos abiertos están clasificadas en diversas categorías como son: la pintura japonesa, la pintura occidental, la escultura, los objetos de arte, etc. Sin embargo, este tipo de categorización ya es anacrónica, porque las nuevas expresiones generadas a finales del siglo XX como son la Instalación y el Arte mediático no encuadrarían en ninguna de las categorías antes mencionadas. Por lo tanto, los artistas que pertenecen al arte contemporáneo, aunque así lo quisieran, no tendrían la oportunidad de participar en las asociaciones que organizan este tipo de concursos. De igual manera, el arte contemporáneo da mayor importancia a la personalidad y a la originalidad, por lo que seguramente los mismos autores no tendrían mayor interés en pertenecer a alguna asociación de este tipo.

Los creadores de arte contemporáneo tienen la ventaja de que crean y expresan libremente sus obras sin estar atados a estas organizaciones, pero por otro lado, no cuentan con alguna posición ni estabilidad económica. Además, por tratarse de arte contemporáneo, no encajan fácilmente en alguna clasificación por lo complejo de su obra y tampoco son bien acogidos por el público en general. Por eso, muchos de ellos delegan sus obras al criterio de países extranjeros en vez de ganarse el reconocimiento en el interior del país. En otras palabras, el arte contemporáneo tiene mayores posibilidades de ser aceptado en el mercado internacional.

• Ikuo Hirayama y On Kawara
Vamos a ver un ejemplo con Ikuo Hirayama, quien podría fungir como representante de las asociaciones encargadas de organizar las exposiciones públicas y On Kawara, quien podría ser nombrado representante del arte contemporáneo.

Ikuo Hirayama es un pintor japonés sumamente reconocido en el país y ha sido nombrado Rector de la Universidad Nacional de Arte y Música de Tokio y Presidente del Nihon Bijutsuin. Al pintor Hiramaya, incluso se le ha otorgado una condecoración cultural. Numerosas exposiciones personales se realizan en tiendas departamentales y en museos de arte, por lo que él ha obtenido un asombroso éxito en lo económico ubicándose en los primeros lugares en cuanto al monto de la declaración anual de impuestos. Sin embargo, pocas veces encontramos sus obras en el mercado internacional de arte, en los museos de Europa y de los Estados Unidos o bien, en exposiciones a nivel mundial.

Por otra parte, On Kawara no pertenece a ninguna asociación y realiza sus actividades de manera independiente en Europa y en los Estados Unidos, dando la espalda a un mundo monótono llamado Japón. Ya que a pesar del poco reconocimiento que tiene a nivel nacional, es reconocido como uno de los mejores artistas a nivel mundial y es probable encontrar sus obras en los principales museos de arte y en exposiciones internacionales. Apenas, hace 10 años se organizó una exposición en su memoria en un museo de arte japonés, pero quien llevó a cabo la organización fue un museo de arte extranjero y su fama fue importada al Japón.

Aún son pocos los autores japoneses que emprenden sus actividades en el extranjero, pero, después de Kawara, han surgido algunos artistas como Yayoi Kusama, Hiroshi Sugimoto, Tadashi Kawamata y más recientemente Takashi Murakami. En estos tiempos de globalización, indudablemente el arte contemporáneo se está posicionando cada vez más.

Cabe aclarar que este comentario es desde el punto de vista del estándar globalizado y no se está cuestionando cuál de las dos situaciones es la correcta. Puesto que el estándar globalizado tiende a ser una apreciación europea o estadounidense y ciertamente es riesgoso darle una importancia absoluta a ese punto de vista. Sin embargo, es más peligroso ignorarlo basándonos únicamente en la situación interna del país.

En conclusión, el mundo del arte en Japón está dividido en dos secciones, cuyos valores son completamente distintos entre uno y otro. También se debe tener conciencia de que la evaluación sobre cada uno es muy diferente dentro y fuera del país.

• Sistema propio de las galerías en renta

No es una exageración afirmar que los museos de arte y las galerías están creados en base a los dos sectores antes mencionados en nuestro país.
Cuando se habla de galerías, normalmente se refiere a aquellas que organizan exposiciones y venden obras, las cuales son llamadas galerías comerciales. Además de éstas, existen las galerías en renta que alquilan espacios para los artistas. Esto es un sistema propio del Japón y es fuertemente criticado por los mismos artistas, ya que originalmente las galerías deberían de dedicarse a vender obras en lugar de cobrar rentas a los autores.

Sin embargo, existen ventajas importantes en este sistema donde los pagos de alquiler garantizan la presentación de las obras de manera libre. Por cierto, quienes utilizan las galerías en renta, en su mayoría son autores de arte contemporáneo que no cuentan con las oportunidades de presentar sus obras. Ginza es una zona conocida en Japón por las numerosas galerías existentes que ascienden a 243 locales, de las cuales 106 son de renta (fuente de información: BT Anuario de la agenda del arte, 2004).
Los artistas de arte contemporáneo presentan en primera instancia, sus obras en este tipo de galerías. Una vez que son reconocidos, subirán un escalón para montar sus propias exposiciones en las galerías comerciales. Cuando los autores son invitados a exponer en algún museo de arte, o bien, su obra se empieza a coleccionar, estos son considerados como artistas de fama. Al ser invitados a las exposiciones internacionales como la Bienal de Venecia o Documenta, se posicionan como artistas internacionales. Esto es lo que se llama una trayectoria de carrera en el arte contemporáneo. Las galerías en renta son consideradas como la puerta del éxito. De alguna manera, ésta es una estructura piramidal, pero mucho más abierta que las asociaciones de los concursos abiertos.
Sin embargo, la situación que rodea las galerías en renta ha cambiado en los últimos años, ya que el número de concursos dirigidos a los artistas jóvenes, las galerías de la iniciativa privada, así como los espacios artísticos organizados por las asociaciones no lucrativas han ido en aumento. También se organizan con frecuencia exposiciones y proyectos artísticos en instalaciones totalmente distintas a las existentes como son las galerías y los museos. Es decir, se han diversificado las opciones y se han abierto otras posibilidades para los artistas en lugar de acudir a las galerías en renta.

Cabe destacar que los comerciantes de arte, jóvenes de entre los 30 a 49 años, están estableciendo galerías especializadas de arte contemporáneo. Ellos venden y compran obras de autores de su generación no sólo en Japón sino también en otros países, es decir son comerciantes de arte de la nueva generación con visión internacional. Ellos se alejan de la zona de Ginza donde se encuentran las galerías tradicionales para abrir las suyas y buscan lugares en Tokio, en los que el costo del terreno es más económico y con mayor espacio como por ejemplo, los edificios de bodega ubicados en Kiyosumi-shirakawa, en Roppongi, en Kagurazaka, etc. Seguramente los autores no tendrán la necesidad de acudir a las galerías en renta para presentar sus obras pagando costos muy elevados, porque ya existen comerciantes de arte de generación joven, quienes venderán sus obras.

• Museos de arte en transición
Los museos de arte también cuentan con una estructura muy compleja la cual se ve reflejada en situaciones tan peculiares como es en el mundo del arte en Japón. El museo de arte más antiguo del país es el actual Museo Nacional de Tokio, que tiene su origen en la organización de una “Exposición” en 1872 en la época de la Restauración Meiji en una sede alquilada, el templo Yushima en Tokio. Esta exposición fue organizada como parte de los preparativos para participar en la Exposición mundial de Viena al año siguiente y se reunieron piezas y objetos antiguos del país. Cuando se habla de museos de arte, la mayoría de nosotros pensamos en un inmueble. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, el simple hecho de contar con una colección, nos permitirá establecer un museo de arte sin inmueble. En otras palabras, los museos primero tienen que contar con una colección.

En el caso particular de Japón, al hecho de montar exposiciones sin contar con una colección previa, se le conoce como “museo de arte”. Los ejemplos más simbólicos de este fenómeno son aquellos que se crearon sucesivamente en los años 80´s en las tiendas departamentales y que fueron desapareciendo alrededor del año 2000. Ahora, ¿de dónde viene esta mala interpretación? Una de las causas está relacionada con las asociaciones de concursos abiertos.

En el año 1926 se abrió la puerta del primer museo público conocido con el nombre de “Museo Metropolitano de Arte de Tokio” en Ueno. Este museo fue construido para ofrecer espacios en renta donde se montaban exposiciones, organizadas por las asociaciones de concursos abiertos que tenían una gran demanda por parte de los artistas. Es por eso, que el museo no se dio a la tarea de coleccionar obras ni planear exposiciones de proyectos nuevos durante muchos años. La inauguración del recinto se llevó a cabo después del Gran terremoto de Tokio, por lo que las funciones de este museo no estaban definidas de manera clara y se prefirió administrativamente obtener la cuota de alquiler con dichas asociaciones en lugar de coleccionar obras nuevas.

La postura que adoptó el museo de la capital, generó un mal entendido entre los medios que consideraban que por el hecho de ser un recinto para el esparcimiento, se convertía en museo de arte sin poseer colecciones propias, lo que le valió convertirse en modelo para los museos públicos que tuvieron su auge de construcción en los años 70´s. Las asociaciones que organizaban los llamados concursos abiertos tenían oficinas locales en el país y buscaban espacios para sus exposiciones, por eso apoyaron la administración pública para mantener “edificios sin contenido”.
El Museo Metropolitano de Arte de Tokio fue remodelado en 1975. En él se construyó un espacio para la exposición de nuevos proyectos. Es decir, independientemente de las exposiciones colectivas, se les dio oportunidad a los nuevos proyectos de exhibir sus obras. A su vez, se requería de mayor espacio para la exposición permanente de las colecciones en crecimiento. En 1995 se resolvió este problema construyendo el Museo de Arte Contemporáneo de Tokio con salas para nuevos proyectos y exposiciones permanentes en Kiba. De esta manera, Ueno se convirtió en el lugar de las exposiciones colectivas de las asociaciones, mientras que Kiba se distinguía por ser un lugar destinado a la exposición de nuevos proyectos y a las exposiciones permanentes.

Los museos públicos de arte construidos en los últimos años, en su mayoría poseen salas para la exposición de nuevos proyectos, principalmente de arte contemporáneo y salas para exposiciones permanentes. Por ejemplo, el Museo de Arte de la prefectura de Hyogo, el Museo de Arte Contemporáneo del Siglo 21, Kanazawa y el Museo de Arte de Aomori, los cuales abrieron sus puertas en el siglo XXI. Estos museos se caracterizan por ser centros de interés gracias a su arquitectura y son reconocidos por la presentación de colecciones importantes de arte contemporáneo y la exposición de nuevos proyectos.

En ese sentido, la tendencia está inclinada al arte contemporáneo y las asociaciones tradicionales se encuentran en decremento. Sin embargo, hay contracorrientes al arte contemporáneo, puesto que no obstante que plantean un concepto innovador, sin público no será posible sustentarse. Por eso, el Museo de Arte Contemporáneo de Tokio organiza anualmente exposiciones de Anime y de Manga (caricaturas), los cuales permiten concentrar un número considerable de personas. Tanto en este museo, como en el Museo de Arte Contemporáneo del Siglo 21, Kanazawa y el Museo de Arte de Aomori, los encargados de la museología que fomentaron el arte contemporáneo, están siendo actualmente promovidos a otros museos.

Los fenómenos en concreto son la transición de los museos nacionales de arte a las instituciones administrativas independientes y la implementación del sistema de administradores designados en los museos públicos. Esta es una muestra de “privatización” propuesta por las autoridades con el fin de mejorar el servicio y reducir los gastos de los museos nacionales y públicos, cuyo rendimiento económico es sumamente bajo. La institucionalización independiente de los museos nacionales que se inició a partir del 2001 pretende fomentar los esfuerzos administrativos de los museos de arte como si perteneciesen al sector privado. El sistema de administradores designados se asigna a provincia y el sector privado o las organizaciones no lucrativas se encargan del control y la administración de los museos locales. Pero, aún queda pendiente considerar si el aumento de la eficiencia y la rentabilidad son aplicables para el arte y la cultura.

Por otra parte, existen ejemplos de casos en los que se recupera el ánimo por parte de las asociaciones tradicionales. Estamos hablando en concreto del Centro Nacional de las Artes inaugurado en el 2007, en Roppongi, Tokio. Este es un espacio en renta destinado a las exposiciones organizadas por dichas asociaciones, ya que las salas del Museo Metropolitano de Arte de Tokio en Ueno se hicieron más pequeñas y las asociaciones de arte solicitaron apoyo al gobierno para la creación de dicho espacio. A pesar de que éste cuenta con salas para exhibir proyectos nuevos, no cuenta con colecciones propias. En ese sentido, se le puede denominar a este espacio “Galería en renta” a grandes dimensiones en vez de llamarle “museo”. El nombre del recinto en inglés es “The Nacional Art Center, Tokyo” y no se le denomina como “museo”. Es decir, los japoneses lo llaman “museo”, mientras que para los extranjeros es un “centro de arte”. Aunque, tal vez hubiese sido más sencillo nombrarlo “Galería nacional en renta (National Rental Gallery)”.

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